lunes, 8 de octubre de 2007

LA ETERNA CALESITA

Pese al avance de la tecnología y a las generaciones que nacieron con el mouse en la mano, han logrado sobrevivir como uno de los pocos entretenimientos infantiles que exiten desde viejos tiempos.
Si, es verdad que estos chicos de hoy tal vez no suban nunca porque a lo que estan acostumbrados a jugar, dar una vuelta en la “cale” puede que les resulte aburrido... por eso un consejo a todos los padres: llévenlos a sus hijos, aunque sea una vez, y saquenle una foto, para que nunca se olviden de ese juego tan lindo que lleno la infancia de todos.

Tiovivo en España, carrousel en Francia; aca CALESITA. La primera que llegó a Buenos Aires fue en 1860 y estaba impulsada por un caballo. Hacia los años 30 aparecieron las primeras con motor y hasta se instaló una fábrica, que funcionó en Rosario hasta 1984. Una de ellas giró durante varias décadas en el Jardín Zoológico porteño. (antes estaba en Hidalgo y Rivadavia). Actualmente se encuentra emplazado en el parque infantil del Club de Leones de Ayacucho (Provincia de Buenos Aires). Al igual que la de Pompeya, fue fabricada por la firma Sequalino Hermanos: se caracteriza por los notables tallados en madera de caballos y leones, por los biombos con motivos de cuentos fantásticos o escenas circenses, en cedro trabajado a mano, y la clásica música de los organitos que caracterizaron esa marca desde el comienzo.
El componente mas importante de la calesita y su esencia principal es la SORTIJA. El niño que logra sacarla sube gratis en la proxima vuelta. Según cuentan los viejos calesiteros, la idea fue tomada del campo, donde un jinete, ensarta en la punta de una vara, una sortija (aro) que cuelga de una cinta a determinada altura.
En 2001, las concesiones estaban vencidas y desde la Secretaría de Hacienda se empezó a preparar una nueva licitación para llevar a las calesitas a subasta pública. Un rumor decía que un grupo económico iba a reemplazarlas por modernos carruseles, como los de los shopping
En 2002 se frenó la subasta. y la Subsecretaría de Patrimonio Cultural comenzó un relevamiento de calesitas para integrarlas a la Ley de Patrimonio Cultural. En total se relevó el estado de 26 calesitas en espacios públicos. La mayoría salió de la primera fábrica que funcionó en el país hasta 1984, la de los hermanos Sequalino, de Rosario, y posee valor histórico.
En el gremio, aseguran que tener una calesita es más una pasión que un negocio. Desde 1991 que cobran $ 0,50 la vuelta. Y mantienen una tradición que juran que es argentina: la de la sortija. El que la saca, da otra vuelta gratis, una vuelta más, una vuelta en la calesita, un guiño en tu vida, un tiempo feliz.

Un plus: El carrusél de la plaza 1º de Mayo fue el que inspiró a Mariano Mores y Cátulo Castillo para escribir el tango "La calesita", en 1953.

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